El deporte se encarga periódicamente de recordar al entorno que nada en este ámbito está preestablecido. Que cuando se conjuran un grupo de deportista y se marcan un desafío será la ley de pista y no otros planteamientos teóricos los que marquen el destino. Los dos Playoff de semifinales de Liga Femenina verán el tercer partido.
MIGUEL PANADÉS/ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Y llegado a este punto y por mucho que puedan esgrimirse argumentos basados en las nóminas o en el historial deportivo de entrenadores y jugadoras lo único que decidirá quien de los cuatro equipos de semifinales disputará el título será, simple, llanamente, el baloncesto. Sí, el baloncesto, el juego, la pista, tal y como ha sucedido durante los cuatros apasionantes partidos vividos hasta ahora en los que ni los favoritos han podido evidenciar esa teórica superioridad ni los dos aspirantes se han conformado con ocupar un papel secundario una vez obtenido un objetivo que hubiesen firmado al inicio de la temporada.
Que Bembibre y Gran Canaria 2014 hayan mirado a los ojos a Perfumerías Avenida y Rivas Ecópolis no extraña a nadie que haya seguido de cerca esta competición
Lo que está sucediendo en estas series por el título no es otra cosa que el reflejo de una competición fascinante en su fase regular y que durante muchas semanas nos ha ofrecido espectáculos deportivos de un nivel de complicidad, de implicación, de honestidad insuperable. Desde estas líneas no nos hemos cansado de elogiar la capacidad de entrega y de concentración de jugadoras de una “profesionalidad” extraordinaria independientemente de palamarés, edad o sueldo. De la preparación de unos entrenadores y entrenadoras capaces de leer los partidos desde antes de jugarlos, de proponer alternativas tácticas exquisitas y preparar respuestas dignas de los mejores.
Que Bembibre y Gran Canaria 2014 hayan mirado a los ojos a Perfumerías Avenida y Rivas Ecópolis no extraña a nadie que haya seguido de cerca esta competición que por cuestiones económicas se ha quedado sin algunas de las grandes jugadoras españolas o extranjeras pero que como consecuencia de ello sí ha conseguido que otras dieran un paso adelante y reivindicasen talento y liderazgo.
Una Liga Femenina capaz de enganchar por su igualdad, sí igualdad porque esa superioridad física y de profundidad que puedan ofrecer unas ha sido contrarrestada siempre con ese plus de ambición y de energía que ha ofrecido el adversario teóricamente inferior.
Ahora saben todas, absolutamente todas las jugadoras que el sábado disputarán los partidos decisivos de semifinales y con ellas sus entrenadores, que
para ganar no servirán nombres propios, ni factores ambientales, ni historiales, ni presupuestos. Que para ganar ese partido decisivo, esa “final antes de la final” para la victoria sólo servirá el baloncesto, entendiendo este juego como una constante demostración de intensidad y concentración en cada ataque, en cada defensa. “Llegado al quinto set, ya me da igual si es hierba o tierra batida” afirmaba Rafa Nadal cuando se enfrentaba a Federer en Wimbledon…