MIGUEL PANADÉS/AREA DE COMUNICACIÓN FEB

A sus treinta y tres años ve cumplido su sueño desde que se inició en los banquillos y entrenará en Liga Femenina. Han sido tres temporadas consecutivas peleando por el ascenso hasta conseguirlo en la última. Una vez ya entre los grandes y en la pretemporada, ha querido medirse a los mejores y como primer rival Al-Qazeres afrontó un doble duelo con victorias en ambos partidos con el indiscutible favorito, un Perfumerías Avenida, sin alguna de sus mejores jugadoras pero siempre competitivo al máximo nivel. “Está siendo una pretemporada especial y sorprendente porque nos enfrenamos a Perfumerías y en unos días a Conquero, otro de los aspirantes a estar en el grupo de cabeza. Los dos primeros test ante Perfumerías fueron muy satisfactorios y nos generó confianza en nuestras posibilidades de que somos capaces de estar en esta liga aunque, evidentemente, tenemos los pies en el suelo y sabemos que nuestro objetivo no es otro que el de la permanencia”.

Pies en el suelo pero un proyecto Al-Qazeres convincente por su gestión deportiva, organizativa y social. A este equipo lo empuja un grupo de jugadoras y técnicos jóvenes y ambiciosos. “Apenas contamos con tres jugadoras que han tenido experiencia en Liga Femenina pero sin embargo todas las que están en la plantilla tienen una clara proyección” afirma Carbajal, quien también se estrena en la élite. Un proyecto sólido en lo económico, “que sin hacer grandes inversiones sí tiene el apoyo de empresas y la buena gestión interna para poder hacer frente a los gastos previstos”, apunta el técnico y un entorno volcado con el baloncesto femenino en la ciudad. “Cáceres siempre ha tenido una enorme tradición de baloncesto y ahora nuestro club ha conseguido captar la atención de toda la ciudad. Desde el equipo queremos generar ilusión y lo estamos consiguiendo ya que observamos como todo el mundo se ha volcado con el baloncesto femenino”.

Por delante unas semanas en las que la atención se dirigirá también hacia un Mundial de Turquía importante para la Selección y para el baloncesto femenino en general. “Una medalla de España  significa que automáticamente se apunten nuevas niñas a jugar a baloncesto” afirma Carbajal quien considera que la coyuntura actual “ayuda a que proyectos como el de Al-Qazeres puedan consolidarse en una Liga Femenina mucho más igualada que en años anteriores y donde clubes con estructuras pequeñas pero bien organizadas pueden tener un lugar importante”.