“Tras quince años como internacional siento la misma, incluso más, ilusión por vestir la camiseta de la Selección”, afirma Luci Pascua a feb.es en unas sinceras reflexiones en las que aborda diferentes temas relacionados con el CB Conquero, la Liga Femenina, la Selección y la evolución del baloncesto.
MIGUEL PANADÉS/ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB
Huelva dirige la mirada hacia la Copa de la Reina y una de sus jugadoras referentes como es Luci Pascua reconoce ambición por
“jugarla por derecho propio y también sintiendo una ilusión especial por poderla jugar como anfitrionas. Nuestro objetivo inmediato es este y el objetivo de la temporada lo marcará la capacidad para recorrer el margen de mejora que tenemos. Sabemos que podemos dar un paso adelante en el momento en el que todo el mundo se saque de encima la presión y mostremos nuestro mejor nivel”. Realiza esta afirmación desde la ilusión de una jugadora que lleva nada menos que 13 años jugando en la Liga Femenina, desde los 18 siendo convocada por la Selección Española Absoluta y que por lo tanto y habiendo compartido experiencias con muchos entrenadores y compañeras tiene un exhaustivo conocimiento de lo que pasa en la pista, en el vestuario, en los equipos, en las diferentes selecciones. Y desde una reflexión inteligente expresa un fabuloso sentimiento de ilusión por lo vivido y por todo lo que le queda por vivir, que es mucho, como jugadora de baloncesto. Porque esta pivot que ha coincidido en la pista con pivots desde la mítica Betty Cebrián hasta la joven realidad Astou Ndour y que ha vivido todas las diferentes fases por las que ha pasado la Liga Femenina contempla la realidad con la sabiduría que proporciona la perspectiva.
“El gran atractivo deportivo que tiene la Liga Femenina en la actualidad es que cada partido es una final. Eso la convierte en una experiencia intensa, en un reto permanente”.
Nacida en Sabadell (Barcelona) en 1983 y por lo tanto, formando parte de ese privilegiado “club” de deportistas de élite que, pasados los treinta, se encuentran de pronto en un estado ideal para ofrecer en la pista toda su calidad y experiencia acumulada y además hacerlo desde la plenitud física. Sí, porque tal y como Luci nos confirma, al igual que todos los deportistas hasta ahora denominado “veteranos” y a lo que se debería rebautizar como “expertos”, vive un momento ideal.
“Hay varias razones que justifican el buen estado de forma. Uno es el conocimiento propio de lo que tu cuerpo necesita, algo que no prestas demasiada atención cuando eres más joven y que sí cuidas mucho más con el paso de los años. Otro aspecto es la profesionalización en cuanto al trabajo físico. Se trabaja fundamentalmente la prevención dejando la carga física para el propio juego. Eso permite alargar mucho más las carreras de los deportistas. En este sentido, y lo estoy viviendo directamente en Huelva, la interpretación de la preparación física por parte de los profesionales encargados de trabajarla es mucho más adecuada y focalizada al baloncesto”.
La Selección crea unos vínculos especiales porque durante cincuenta días al año convives veinticuatro horas al día compartiendo todo tipo de sensaciones. Y todo ello requiere también ese apoyo pleno y fundamental que hemos recibido siempre desde la FEB, desde el Presidente y Director Deportivo hasta todos los colaboradores y que nos facilita el trabajo y crea el ambiente adecuado para que rindamos al mejor nivel”.
Otro factor fundamental para incrementar año a año su rendimiento es el factor ilusión.
“Cada día se convierte en una oportunidad nueva y es muy importante seguir alimentando esa motivación. No se deja de mejorar nunca, siempre hay algo por venir, siempre hay situaciones diferentes que te aporta el baloncesto. El día que no sienta esa ilusión y ese deseo de mejorar, entonces será el momento de dejarlo”. Y en esta reflexión, además de su ilusión por el día a día en ese bonito y ambicioso proyecto que es el CB Conquero, también aparece la palabra Selección.
““Tras quince años como internacional siento la misma, incluso más, ilusión por vestir la camiseta de la Selección”, afirma una jugadora que ha tenido el inmenso privilegio de vivir en primera persona una evolución impresionante del baloncesto femenino. Dos Juegos Olímpicos vividos en 2004 y 2008, abrazos. Sonrisas, lágrimas de emoción en pódiums situando a España en lo más alto de concierto internacional y orgullo de pertenecer a un grupo de jugadoras que han hecho historia y que además han abierto el camino a nuevas.
“Todo lo vivido en las selecciones y espero lo que me queda por vivir es especial. Porque desde que llegué con 18 años impresionada por estar junto a auténticas estrellas del momento a las que yo admiraba desde mi juventud, compartir experiencias o otras jugadoras que se han convertido en referentes internacionales y además ver como llegan las jóvenes tal como hice yo en su día, subiendo con fuerza y ambición, me hace sentir muy orgullosa de todo lo que estoy viviendo”. Reflexiona Luci Pascua sobre esos “secretos a voces” que desvelan los argumentos de un Método de éxito.
“Nos hemos enfrentando a selecciones más altas, más fuertes e incluso de más calidad en algunos momentos pero nosotras hemos ganado muchas veces porque a la calidad propia hemos sumado química, unión. La Selección crea unos vínculos especiales porque durante cincuenta días al año convives veinticuatro horas al día compartiendo todo tipo de sensaciones. Y todo ello requiere no sólo el ambiente de complicidad entre las jugadoras y los técnicos sino también de ese apoyo pleno y fundamental que hemos recibido siempre desde la Federación Española, desde el Presidente y Director Deportivo hasta todos los colaboradores y que nos facilita el trabajo y crea el ambiente adecuado para que rindamos al mejor nivel”.
Luci Pascua consigue transmitir desde la palabra en esta entrevista y desde el baloncesto continuamente en la pista, ese sentimiento que caracteriza a nuestros referentes y que sirven siempre de ejemplo para las nuevas generaciones. Hay profesionalidad, hay sentido común, hay conciencia de las necesidades propias, hay reconocimiento por el pasado, por el presente y por futuro y, como herramienta fundamental para seguir impulsando la carrera, hay ilusión, desde la inteligencia, desde el sentimiento, desde un profundo amor al baloncesto.