MIGUEL PANADÉS / ÁREA DE COMUNICACIÓN FEB

“Lo primero que me viene a la mente es el ejercicio de “socouting y contra scouting” realizado durante estas dos últimas semana, de gestionar de lo que yo sabía del rival y lo que ellas sabían que yo sabía…” Ironiza Miquel Ángel Ortega con ese juego de palabras intentando darle normalidad a una situación inédita como es la de ganar dos títulos con dos equipos diferentes y convertir en propia la que hace unos meses era la plantilla rival. “Bueno, habitual no es, eso está claro pero sí ha resultado una experiencia muy aleccionadora. Estoy feliz de haber vivido una gran temporada a nivel de resultados y sobretodo de haber conseguido el objetivo marcado cuando fiché por Salamanca que no era otro que ganar el título de liga”. 

Analiza Ortega la temporada y lo hace sacando interesantes conclusiones. “En Girona ganamos la Supercopa jugando un partido sin presión, con una americana  recién llegada, contra un rival de altísimo nivel como Perfumerías. Luego pasaron muchas cosas, buenas y no tan buenas y el club decidió prescindir de mí. No es habitual que el rival confíe en un entrenador que acaban de despedir por lo que lo primero que quiero es agradecer a Perfumerías la confianza que tuvieron en mí. Me he sentido muy bien en Salamanca formando parte de un gran club y entendiendo perfectamente su filosofía y ambición deportiva”. Una vez en el trayecto final hacia el título Miguel Ángel Ortega reflexiona sobre el comportamiento del equipo. “Creo que nos faltó competir la final más desde el reto y menos desde la ansiedad. En ese aspecto creo que hay que reflexionar porque yo he visto entrenar a las jugadoras y he comprobado su capacidad para desarrollar un baloncesto de altísimo nivel. Incluso por momentos en la final, y pesar de no estar acertadas, realizamos un juego brillante tanto en defensa como en ataque pero nos sobró ansiedad en determinados momentos”.

Oficio de entrenador el de Miguel Ángel Ortega, con conocimiento sobre lo que pasa en la pista y también sobre las  diferentes reacciones de jugadoras ante un exceso de presión. “En el segundo partido tuvimos en título en la mano pero fallamos los tiros libres que nos hubiesen dado la victoria. Luego nos empataron en el último segundo… Hay que entender que esas cosas pueden pasar en el baloncesto y que hay que reaccionar con tranquilidad, con la conciencia de que aunque no son deseables, en el baloncesto pasan estas cosas. Nos preparamos bien para el tercer partido, atacamos muy bien la zona en la primera parte y pese a llevar un 3 de 17 en tiro exterior nos pusimos 21 arriba. Los errores en tiros cercanos en el tercer cuarto nos impidieron romper el partido y Girona consiguió alcanzarnos. Pero finalmente conseguimos el objetivo y ahora podemos sentirnos todos muy satisfechos”. ¿Y el futuro? Miguel Ángel Ortega es cauto pero en los próximos días se reunirá con los directivos del Perfumería para mirar hacia adelante. Se unen ambición por ganar, oficio para construir y retos deportivos para afrontar.