“Mi padre me puso una pelota delante desde los dos años, aunque fuese de fútbol. Sus tres hijos hemos probado muchísimos deportes y lo tenemos inculcado desde pequeños. Mi padre es mi ídolo, mi referente, y me encantaría dedicarme al deporte tanto tiempo como él” afirma Alba Prieto, la base-escolta del Durán Maquinaria Ensino que está realizando una muy buena primera temporada en LF Endesa a sus 21 años.

Además de su referente, José Miguel Prieto es su primer seguidor: “creo que él prefiere que me haya dedicado al baloncesto. Disfruta muchísimo, sufre como el que más y me apoya siempre. Es el primero en mandarme un mensaje cuando las cosas no han salido bien. Aprendo de mi padre todos los días.” Lo cierto es que sus características son muy diferentes: “al principio me decían que no tenía ese carácter de mi padre. Pero cada vez lo voy sacando más. Me gusta competir y creo que eso viene de mí.”

Alba está promediando 5.3 puntos y 2.0 asistencias en los más de 24 minutos de juego por partido. Unas cifras destacables en una debutante en la categoría de 21 años: “Está siendo todo un sueño. Tenía incertidumbre con mi primer año en LF Endesa, pero al final Carlos Cantero confía en mí, el equipo confía en mí y estoy jugando más minutos de lo que yo mismo esperaba.”

Una de las claves que repite es el equipo que ha apostado por ella y su estilo de juego: “el baloncesto del Durán Maquinaria Ensino es un juego donde tengo bastantes posibilidades. Queremos defender mucho, saber dónde tenemos la ventaja. Todos me tratan muy bien y tengo compañeras con mucha experiencia y más visión de juego. Puedo tener más velocidad, pero la mente no me va tan rápido como a ellas. Todo lo que pueda absorber de ellas, lo aceptaré” afirma Alba.

También sabe que tiene margen de mejora. Asegura que “puedo mejorar en todas las facetas de mi juego, pero todavía estoy en fase de desarrollo. Tengo que asentarme en lo que se me da bien y mejorar otras. Por ejemplo, este año no estoy tirando muy bien de tres.” Y entre los objetivos de futuro es prudente y quiere asentarse “en esta Liga y disfrutar un poco más en la pista. Competir me encanta, es algo de familia. El baloncesto me ha dado toda la gente que he conocido. Y jugar en la máxima categoría te da unas capacidades para entender la vida de otra manera. Sin el baloncesto no podría vivir.”

Realmente, con 16 años debutó en LF Endesa con el CB Conquero, y aunque su presencia fue testimonial se acuerda de la Copa de la Reina de 2016: “era una cría, pero lo recuerdo con mucha ilusión. Además, fue un partidazo ante un gran equipo como era el Perfumerías Avenida. Estuve ese año con jugadoras de las que aprendí mucho como Rosó Buch o María Pina y tengo un gran recuerdo de ese día.”

Alba Prieto es de los casos de jugadora que ha combinado su formación en la NCAA americana y en la LF2: “me fui un año a Estados Unidos, pero luego volví. Y no me arrepiento de mi decisión. Entiendo a las compañeras que se van, porque la capacidad de estudiar a la vez que haces deporte es mucho mayor allí. Aquí estudio, pero no tengo las facilidades que te den las universidades americanas, pero el nivel deportivo en LF2 es mayor.”